martes, 27 de septiembre de 2011

Resúmenes de críticas

Estimado (a) lector(a) sabemos que en estos tiempos la urgencia cuenta por eso he decidido compartir contigo y de una vez los resúmenes de las 10 críticas que ha cosechado nuestro espectáculo
Espero te tientes.

Seguimos sumando comentarios:


La constancia del viento –escrita y dirigida por Pablo Iglesias– es un melodrama con todos los recursos y tintes del género. Con impecables actuaciones –a destacar Cecilia Miserere en su papel de malvada– y una genial puesta en escena, la obra transcurre casi en una hora con contundencia y fluidez.

Brenda Fontan. Revista Veintitres

"Un divertido homenaje en blanco, rojo y negro a géneros populares como el radioteatro, la novela de la TV, el melodrama más crudo y maniqueo, con sus arquetipos más reconocidos, Una propuesta de Pablo Iglesias protagonizada por un elenco que da con el tono justo para generar simpatía y la vez cierta distancia."
Moira Soto. Pan y teatro.

El nexo de una intensa musicalización, ocupando una priorización representativa de la situación, un vestuario acorde con la ocasión y una actuación interesante nos permite disfrutar de una trama previsible y cautivante a la vez con acciones divertidas bien distribuidas a lo largo de nuestra permanencia en el lugar
Sergio Di CrecChio . Hendidura teatral.


"... La constancia del viento es una propuesta atractiva, entretenida, muy bien dirigida y actuada que permite que el espectador se ría y la pase realmente bien disfrutando del melodrama teatral. Pablo Iglesias y su grupo lograron construir un estilo personal en este sólido y preciso espectáculo..."
Christian Lange. Poiesis teatral.

“…La constancia del viento nos da una clase magistral de todos los elementos del melodrama. Los actores se zambullen y exageran sus pasiones, las resaltan, La inteligencia de Pablo Iglesias, es haberse animado a recuperar un género que estaba guardado y no olvidarse de ningún detalle…”
Jazmín Carbonell. LA NACION


"... Esa parte de nuestra vida que es el melodrama es expuesto con delicadeza artística, estupendo trabajo en cuanto a diseño de vestuario. Estupendas las actuaciones de Clara Virasoro, Cecilia Miserere y Martín Paladino en la creación de sus arquetípicos personajes. La constancia del viento es una fresca revisión del género, lo que quiere decir que vamos a sufrir, amablemente, como locos..."
Gabriel Peralta. Critica teatral.

“…Nos enseña que la mejor manera de escamotear lo previsible es saturar el escenario con situaciones que prevemos, pues así logra sorprendernos incluso con lo que estamos esperando, simplemente porque no podemos esperar tanto todo junto…”
Lucho Bordegaray. Revista Montaje Decadente

"...date una vuelta el sábado por la noche a ver “La constancia del viento” y te vas a llevar una hora de alegría y humor, bien hecho, porque el humor, como dijo Daniel Casablanca en ECDL, “es cosa seria”..."
Daniel Gaguine - Periódico Noticias Urbanas.

"... Brillantemente la puesta en escena potencia a disparar nuestra mente hacia otras asociaciones que nos hacen recordar todos esos lugares comunes que transita la víctima, la villana y el héroe en este género melodramático que tanto se narra y tanto se sigue disfrutando, quizás ya desde la comicidad que provoca hoy en día el exceso de sucesos trágicos..."
Jimena Trombetta - Tranvias y deseos.

"... El argumento es rico e imprevisible, sobresale la actuación de Clara Virasoro. Antes de entrar, hemos saboreado ricas trufas de chocolate, con vino, para entrar en el clima dulce y salvaje..."
Silvia Urite- Notas de Teatro.

martes, 2 de agosto de 2011

Estimado (a) lector(a) una crítica en el diario LA NACION

Espectáculos
miércoles 27.07.2011
La constancia del viento
Pablo Iglesias realiza un montaje inteligente que revisa el género del melodrama
Sábado 09 de julio de 2011 | Publicado en edición impresa
Comentá (1)
La constancia del viento es un melodrama con todo lo que ello implica. Un género olvidado o subestimado se sube esta vez a escena para que juguemos y podamos divertirnos con él, mientras nos da una clase magistral de todos sus elementos. No olvida ninguno de sus puntos claves y lleva el clímax a la perfección durante la hora entera.
Tres personajes encerrados en una casa ubicada no se sabe dónde, en un tiempo irreal, imposibilitados de salir al exterior por una curiosa tormenta de viento que se instaló hace mucho y durará mucho más, y que ni siquiera les permite abrir las ventanas y contemplar un poco el mundo. El contexto no importa, todo se reduce a una habitación y a esos tres actores: un matrimonio y su sirvienta, el perfecto triángulo que poco a poco se irá instalando y que no debemos perder de vista.

La música es un personaje más y, fiel al género, interviene en los momentos más dramáticos y anuncia y prepara el parlamento. Así, sube y baja su volumen y genera intensidades que nos remiten a esas novelas clásicas (el melodrama actualmente está asociado a las novelas televisivas exageradas).

Un director inteligente

Todos los detalles están cuidados al máximo. Desde la paleta de colores usada -el blanco representando al bien, el negro al mal y el rojo a las pasiones desenfrenadas- hasta los personajes bien divididos entre buenos y malos con unos nombres que hablan por sí solos: la buena, la sirvienta, está vestida de blanco y se llama María Clara, es la que sufre, la que llora, la abandonada, la maltratada, la santa que soporta; Malva es la malvada vestida de negro, es mentirosa, mandona, finge enfermedades para retener a ese marido, Juan Martín, que no sabe qué hacer: ama a María Clara, pero su deber es estar al lado de Malva y por eso está vestido mitad negro, mitad blanco, y enfrenta esa contradicción todo el tiempo. El rojo aparece en los objetos que son los que movilizan la acción: una carta de amor, un pañuelo, una flor.

Los actores se zambullen en el melodrama y exageran sus pasiones, las resaltan, proponen una suerte de parodia para que podamos distanciarnos del género y reírnos del mismo.

La inteligencia de Pablo Iglesias, el director y dramaturgo de la puesta, es haberse animado a recuperar un género que estaba guardado y no olvidarse de ningún detalle: amnesias, cegueras, embarazos, mentiras, cachetadas, lazos familiares ocultados, asesinatos, muertes que aclaran, venenos, tragedias. Todos los recursos usados sólo en 55 minutos permiten un dinamismo que divierte y mantiene la expectativa para el final que, como todos sabemos, terminará de un modo contundente.

Dramaturgia y dirección: Pablo Iglesias. Interpretes: Clara Virasoro, Cecilia Miserere, Martín Palladito.Actrices asistentes: Gabriela Perisson, Lina Otamendix. Realización de candilejas: Marcelo Tavarone. Diseño de maquillaje y peinados: Gabriel Cabrera. Producción: Grupo Libertad 18. Sala: Buenavía Estudio (Córdoba 4773). Funciones: Sábados, a las 21. Duración: 55 minutos.


Jazmín Carbonell. LA NACION

martes, 28 de junio de 2011

Otra crítica

Estimado (a): Espero no te resuenen a pedantería las últimas esquelas pero es que están siendo tan elogiosos!
abrazo compartido

http://www.tranviasydeseos.com.ar/index.php?option=com_k2&view=item&id=702:la-constancia-del-viento&Itemid=137

La constancia del viento

¿Qué más puede pasar?

María Clara (Clara Virasoro) llora por lo que lee en una roja e insinuante carta y por su pequeño pajarito muerto, al que toma con sus manos. En su gesto puede verse un llanto perpetuo marcado por el corrimiento del rímel. A María Clara, blanca y pura se le acerca Malva (Cecilia Miserere) la mezquina dueña de la casa. Malva domina el escenario con su ceguera, artilugio que la ayuda a permanecer impune frente a sus caprichos y exigencias. María Clara limpia la casa y Malva da órdenes . En esa situación, las protagonistas mencionan el estado de salud de la yegua, con la que se accidentó Malva, y la situación de la tía de Malva, a quien cariñosamente María Clara la siente familia, al menos en un comienzo. En esa casa vive también Juan Martín (Martín Paladino), el esposo de Malva que sufre por amor y por la situación funesta de su mujer.


En este brevísimo relato argumental la acción de la obra sucede velozmente, dándole una dinámica a la obra propia de los melodramas, donde las situaciones se mantienen ocultas para develarse brutalmente. Esta continuidad de sucesos trágicos en abundancia, hacen que junto a los gags y los gestos propios del melodrama, que los actores manejan a la perfección, nos provoquen un estado de gran comicidad. Y esto aflora, a pesar del carácter serio con que se trabaja el género al mantener los roles de los personajes y el desarrollo de la trama dentro de sus códigos. Así, Malva será la villana, Juan Martín el héroe y María Clara la víctima, pero encarnaran estos roles llevando al extremo ese histrionismo, que el propio género ofrece.

En este sentido, sin llegar a ser una parodia, toma algunos elementos del melodrama y los lleva al extremo volviendo risueños los gestos, los movimientos de los cuerpos y la propia trama. Por este motivo, seguramente nos riamos con la escena donde frente a un fuerte conflicto entre Malva y María Clara, se congelan los cuerpos armando imágenes progresivas de ese trance, que ayudado por la iluminación logra armar una pequeña fotonovela, tales como las que publicaba Radiolandia en los años cincuenta (un nuevo homenaje al melodrama que visto desde nuestros días resulta apreciablemente cómico)

Brillantemente la puesta en escena potencia todos estos elementos, trabajando con unos pocos objetos que determinan esa habitación gris, que encierra y asfixia a los personajes, una habitación que con pequeños cambios marcará un nuevo día y el fatídico paso del tiempo para todos. Un espacio que será climatizado por un rojo sangre en la pared del fondo que se propaga en las plumas de un nuevo pajarito y en la carta enviada a María Clara. Y del mismo modo funciona el vestuario, marcando lo oscuro en Malva por su vestimenta negra y la utilización de su bastón blanco como bastón de mando.

En este contexto y con estos códigos la puesta remata con los distintos boleros ubicados en lugares estratégicos de la trama, que no hacen más ni menos que acompañar el desarrollo de la misma. Ya que ellos serán los que describan la situación dramática que atraviesan, sobre todo María Clara y Juan Martín.

En definitiva “La constancia del viento” es una propuesta que apuesta a disparar nuestra mente hacia otras asociaciones que nos hacen recordar todos esos lugares comunes que transita la víctima, la villana y el héroe en este género melodramático que tanto se narra y tanto se sigue disfrutando, quizás ya desde la comicidad que provoca hoy en día el exceso de sucesos trágicos.

La constancia del viento
Dramaturgia y dirección: Pablo Iglesias
Puesta en escena: Grupo Libertad 18
Intérpretes: Clara Virasoro, Clara Miserere, Martín Palladino.
(Actrices asistentes: Gabriela Perisson y Lina Otamendi.)
Buenavía Estudio, Córdoba 4773, 4771-8901.

viernes, 17 de junio de 2011

Una nueva crítica

Estimado (a): no es que los tenga abandonados, más bien es que los echo de menos, de a poco les iré enviando comentarios de la obra.
A la espera del tuyo

http://elcaleidoscopiodelucy.blogspot.com/2011/06/la-constancia-del-viento-teatro.html

jueves, 12 de mayo de 2011

Un mes/ Para pensar.

Estimado (a) lector(a) hace ya un mes que llevamos a cabo este bello intercambio epistolar, no piensas que ya es un buen momento para conocernos? Pensémoslo juntos.
Si tu respuesta llegase a ser afirmativa, pues entonces te espero.
La cita es este SÁBADO 14 DE MAYO A LAS 21HS EN BUENAVIA TEATRO ESTUDIO. AV. CÓRDOBA 4773.
Confirmame tu bienvendia presencia al 4771-8901
El abrazo de siempre

lunes, 9 de mayo de 2011

Amigos que nos visitan

Estimado(a) lector(a) comparto contigo estas fotos de algunos amigos que nos visitaron. Muchos otros también lo han hecho (no tú y te estamos esperando) pero comparto estas ya que tal vez si miras la tele los reconocerás.
Abrazo interminable.