lunes, 18 de abril de 2011

La puesta en escena



Estimado (a) lector (a): Te acerco estás líneas con algunas consideraciones sobre la puesta en escena de nuestro espectáculo, a la espera de que te resulten interesantes. Te saluda con atención.
Pablo
En mil ochocientos el melodrama es tomado por la intelectualidad burguesa y es dirigido a público burgués, luego con los franceses aparece lo social. Posteriormente el cine lo retoma por su pasividad y finalmente desaparece el género puro y empieza a fusionarse con las sutilezas, empieza a tener otra pretensión. Entonces el desafío en este caso fue como podíamos repensar el género desde el teatro hoy, cual sería su gesto contemporáneo. Y a partir de allí concluimos que en elaborar un concepto de relato visual acorde con el trabajo colectivo y la posibilidad de utilizar la materialidad expresiva que el propio relato dramaturgico y actoral nos iba irradiando estaría la clave. Es así que llegamos a su síntesis con un concepto de encierro ligándolo con la idea que en el melodrama no hay “otra cosa”, no hay mundo exterior, es sólo este sistema. Sostuvimos la imagen de cobrar vuelo y no poder y a partir de allí exploramos la posibilidad metafórica de la jaula y el viento en el exterior incluidos como disparadores de conflicto en el texto, definimos en un inicio comenzar el relato a partir de los colores, blanco y negro para los vestuarios ya que el melodrama no tiene condición psicológica, la villana es villana persé, entonces eliminamos los grises de esa manera. El negro representa la oscuridad en la villana, el blanco la pureza en la heroína y la combinación de ambos para la dicotomía de nuestro héroe trágico, a partir de esta reflexión contuvimos el espacio en los tonos de gris casi metalizado, provocando un efecto símil jaula, después algunos elementos que hacen referencia a la pasión, como la carta de amor, el canario vivo, el té envenenado, en color rojo para destacar al intensidad en la que vibra el género. Utilizamos sólo dos elementos mobiliarios rotativos para lograr síntesis y evitar el costumbrismo en la imagen.
Hicimos mucho hincapié en lo musical ya que el melodrama se explica como drama musical, reforzando de esta manera lo emotivo, insistimos especialmente en como sonorizar cada uno de los momentos necesarios y utilizamos a Chavela Vargas como hilo conductor buscando de esta manera el efecto popular, borrdeando la estereotipación para generar identificación inmediata, además de emoción.
Las candilejas como sistema lumínico, dada la corta distancia, acentúa el efecto sombra y lo siniestro y melodramático está muy apoyado en este diseño lumínico.
La puesta es conscientemente conceptual, con la clara intención despegarse de cualquier connotación de época pudiendo de esta manera universalizar el procedimiento. Lo manifiesto está dado por las actuaciones lo que logra acentuar el rasgo de intensidad límite, esta puesta es de corte clara y netamente expresionista. No parodia en ninguna de sus patas y busca permanentemente la síntesis. Finalmente la propuesta espacial se construye realizando triángulos permanentes dentro del cuadrado (encierro) que nos propone el espacio, jugando así con la idea de triángulo amoroso. Cuyo montaje escénico gana en dinamismo debido a la versatilidad de los elementos y suma fluidez en que el espectáculo no maneja cortes (sólo circunscrito en una imagen final a manera de breve epílogo) llegando al desenlace de manera vertiginosa e intensa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario